Había quedado en reunirme con Richard en cinco minutos. Era un tanto anormal la situación, porque él sólo me llamaba habitualmente para follar, y esta vez quería que habláramos.
- ¿Hablar? – le dije yo- ¿Desde cuándo hablamos?
- Hay una primera vez para todo, nena – se limitó a decir.
Caminaba hacia el lugar un tanto extraña, pero secretamente feliz. Ojalá ese hombre amará algo más que mi coño algún día.
Cuando llegué él me estaba esperando, y estaba extrañamente ansioso. Si no hubiera comenzado a hablar hubiera pensado que realmente tenía ganas de sexo.
- ¿Y bien, de qué quieres que hablemos? – le dije
- Tienes que ayudarme
- ¿Qué ocurre?
- Es… algo muy complejo de explicar.
- Dispara.
- He conocido a una chica.
El mundo se me vino abajo, y el vacío se extendió en toda la longitud de la frase. Decidí ser fría, como siempre.
- Mm, ¿y qué?
- No es una chica… normal.
Le odiaba.
- Oye, mira, no puedo perder el tiempo con historias amorosas. Yo no soy esa amiga que estás buscando.
- Déjame acabar. Fui a la redacción a entregar la historieta de esta semana, y cuando salí había una chica, una niña diría, ajena a todo lo que ocurría a su alrededor, y muy perdida, con miedo. Era tan guapa, me hechizó en el primer momento. Ella me miró, y vio que tenía un libro entre las manos. Entonces, se acercó corriendo hacia mí, y con voz angelical me pidió si podía ojear el libro.
- ¿Y?
- Y luego, ella… intentó meterse dentro del libro.
- ¿Perdona?
- Como lo oyes.
- Creo que bebes demasiado Vodka.
- No te estoy mintiendo, joder.
- ¿Y qué explicación le das?
- No lo sé, estoy totalmente confundido. Ella apenas dijo nada, tan solo que necesita encontrar a su autora.
- ¿A su autora?
- Sí.
- ¿Qué pasa, ahora es un personaje salido de un libro?
- Eso parece…
- ¿Qué más sabes?
- Su nombre.
- ¿Y bien?
- Anaís.
- … ¿Qué quieres de mí?
- Tienes que conseguirle una identidad para que pase desapercibida.
- ¿Y ya está? ¿No hay nada más que Yo pueda ofrecerte?
- Ashley, ya follaremos otro día, no es el mejor momento.
- … No te enteras de nada, Rick. De nada, de absolutamente nada. Eres un imbécil.
- ¿Qué coño te pasa?
- Nada. Pasado mañana tendrás la identidad de tu chica. Adiós.
- Ashley
Me giré.
- ¿Sí?
- Gracias –me dijo dándome un beso en la mejilla – no sé qué haría sin ti.
- Follarías con otras.
Y me fui, muriendo por dentro, y con el hastío comiéndome entera.
quizas no se acostaria con otras y solamente la quiere a ella o quizas no. Debe ser dificil ser follamigos.Un saludo
ResponderEliminarEllos son asi, incluidos los ficticios, amputada la glándula de la mínima sensibilidad, la empatía o cualquier otra que estimule las habilidades interpersonales propias de la inteligencia emocional.
ResponderEliminarYo quise mucho a un "Richard" también, y como en tu escrito, sólo me llamaba para follar y jamás me dijo que me quería, aunque sueño que quizás si lo hizo y que no supo expresarlo con palabras (ilusa)