Eternidad
*Recuérdame como un día imaginaste que fui
domingo, 13 de julio de 2008
Miradas
Me estás mirando. Puedo notar que intentas no hacerlo, pero me deseas. Observas cada uno de mis movimientos, y sé que con un fugaz cruce de ojos, te pongo nervioso. El resto de personas se vuelven invisibles, ya no están. Sólo tú, y yo. Me levanto, hago como que no te he visto seguirme, y espero. Espero un largo rato, te cuesta dejarte. Salgo al lugar donde muy a tu pesar, me estás esperando. Me acerco. Te miro, y con esa mirada, ya te lo he dicho todo. Así que ahora siénteme. Acaríciame, que necesito sentir tus dedos sobre mi piel. Estreméceme como cuando me susurrabas al oído los secretos más profundos. Déjame ser tuya por una noche y no pienses en deberes y posturas. Tan sólo quiéreme, como lo has hecho siempre, y no pongas precio ni límites a tus besos. Que esta noche sólo estamos tú y yo, y mañana queda muy, muy lejos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar