Qué no daría por tenerte aquí ahora mismo. Que mi pantalla
se iluminara cual luciérnaga nocturna avisándome de tu llegada en forma de
prosa. Unas cuantas palabras bonitas para endulzarme el alma, y alguna que otra
promesa de amor eterno, aunque acabe esta noche.
Lo daría todo por unas cuantas horas vagando de web en web
mientras te espero, y aún daría más por tenerte en frente de mí. Ponle una
mesa, un par de copas por medio y poco más. Ni te pido que te acerques, ni que
me abraces, mucho menos que me beses. Tan solo te quiero delante de mí,
mirándome como si el mundo acabara en mis dos pupilas.
Que tú has despertado lo que creía muerto y ahora estoy
muriendo de descontrol, es imposible lidiar con tanto sentimiento contrariado
junto. Si tan solo estuvieras aquí para sellarme los labios con una pizca de
amor, una milésima pequeñísima de cariño, todo sería diferente.
Pero la realidad es que no estás y yo me paso el día
soñándote. Te busco en mi vida y ni por asomo te encuentro, porque eres mi
utopía íntima y no me queda más que soñarte, porque estás muy, muy lejos de mí,
aunque yo esté tan, tan cerca.
Si por un segundo tocara tu mano y a través del tacto te
transmitiera un poco de lo que siento te aseguro que este mundo se salvaría del
hundimiento y nosotros seríamos eternamente felices.
Porque te deseo tanto que muero.
Muy bonito, aunque...
ResponderEliminarNo debería estar aquí.