Eternidad

*Recuérdame como un día imaginaste que fui

miércoles, 25 de mayo de 2011

Ahora que estás sin estar

I'd never trade it in 'cause I've always wanted this and it's not a dream anymore, no, oh, oh, oh…

Casi dos años hace desde que cantaba de felicidad por haber cumplido mi sueño en metro, bus, universidad, casa, por las calles de la Ciudad Condal… No podía tener mejor CD que escuchar en ese momento, con un montón de canciones de felicidad, de optimismo, de futuros esperanzadores. Qué fácilmente engañable soy a veces.
Y hoy, rescatando del olvido algunas melodías que me transportan a épocas mucho mejores o peores, pero a fin de cuentas, pasadas, escuché una canción que me llevó a la estación de tren donde en unos poco iniciados inicios intentaba enseñarle la letra a alguien: “Next time you point a finger, I’ll point you to the mirror”. Se me ha encogido el corazón, pues a veces olvidamos tanto algo que cuando aparece viene con más fuerza que cuando ocurrió. Recordé esa época tan recién empezada, tan inocente y carente de defectos, llena de risa y felicidad, tan ilusa y vomitivamente bonita, donde yo era lo más importante del universo, donde yo iba a ser amada eternamente. Había cumplido mi objetivo: estaba donde quería estar, con quien quería estar, y no necesitaba nada más. Pero los finales felices, y los parasiempres sólo existen en los cuentos infantiles.
Y ahora, casi dos años más tarde me pregunto: ¿cuál es mi objetivo ahora? ¿Hacia dónde se supone que debo mirar? Ante la inevitable tristeza y dolor que me produce sentirme olvidada, sentir que sólo soy una anécdota agridulce en la vida de alguien que ya no existe, que ya no es quien debería ser, ¿cómo he de actuar?
Nunca somos los mismos que ayer, pero siempre somos los mismos que ayer. Y yo, llena de vacío y de nostalgia por partes iguales le miro y en apariencia es él, pero en cuanto escucho su voz, en cuanto veo cómo sonríe, lo que hace y cómo lo hace, lo que piensa y cómo lo piensa, siento que no es él, que ha desaparecido, que se lo han cargado.
¿Y por qué eso debería ser malo? Se supone que los cambios son para bien. Y sí, es más que probable que le vaya mejor, que su vida sea más plena. ¿Pero plena de qué? Quizás ahora esté mejor porque ha encontrado la normalidad, ha conseguido por fin adaptarse a la sociedad y ha encontrado su sitio. Pero si hay algo que yo amaba en él era su imperfecta rareza, su esencia pura y característica. ¿Era una esencia real o era pura supervivencia? ¿Puede ser que una esencia pura llegue a olvidar su condición y decida formar parte de la mediocridad? ¿O sigue en su intento por encontrar un sitio en este mundo en el que pueda ser él? ¿Cómo te puede llenar la insustancialidad? Sólo sé que se me parte el corazón cada vez que me siento más pasado y menos presente, cuando me veo olvidada y siento que las prioridades cambian. Y quizás así es como deba de ser, pero sentirme un recuerdo olvidado es… no tengo palabras. ¿Se puede vivir un presente sin pasado? ¿Se vive mejor sin pasado? ¿Se puede hacer de un pasado infeliz un presente decente? Echo de menos su inseguridad, su amor incondicional hacia mi persona, su vulnerabilidad, su humor fuera de mecanismos de defensa, su complicidad. Y sobre todo me duele sentirme mediocre, insuficiente, pues no lo soy. Probablemente valga más que toda la población femenina manipulada. Pero cuando alguien importante te pasa por alto, te obvia, ¿qué significa? Así que le miro a los ojos y no le veo, escucho su voz y no le oigo, le toco el brazo y no es el mismo tacto. ¿Dónde estás? ¿Dónde me he quedado yo? ¿Por qué ha cambiado?
Sin embargo es mejor así, pues sólo de esta forma me aseguro no amar, y en realidad es un gran alivio no sentir nada, es demasiado tiempo viviendo entre desamor y hastío. Me gustaría pensar que fuiste tan puro que te has ido a vivir a Norealidad, pero sé muy bien que tu alma estaba llena de sombras y que no te hubieran dejado entrar. Sin embargo, aquí en mi corazón la pequeña Anaís siempre recordará los días en los que ella dominó el reino de tu pensamiento y no importaba nada más.

- ¿Me quieres?
- Mucho
- No, nadie me quiere. Estoy sola, porque aunque ahora estés aquí al final harás como él y ya no me querrás. Tan sólo seré un buen recuerdo, pero ya está. Todo el mundo lo hace. Soy Srta. Nostalgia porque nada más aspiro a ser un pequeño recuerdo en la existencia de las personas, porque no me quieren como presente, porque jodo sus vidas. Así que tú un día harás “apa”, y yo te echaré de menos para siempre. Intentaré robarte de vez en cuando cuatro frases bonitas para seguir teniendo la ilusión de que en el fondo de tu corazón aún quede un sitio pequeñito para mí, pero será mentira, ya que estaré en las cajas de aquellas cosas de tu vida que ya no son nada para ti. Dime que no, dime que me equivoco.