Eternidad

*Recuérdame como un día imaginaste que fui

domingo, 22 de junio de 2008

Orgullo y dignidad


Respira el mismo aire pero no lo comparte. No se deja ser de nadie, huye en cuanto existe la posibilidad. No es por independencia, es por miedo. Observas cómo te mira pero hace como que no te ve.

Hablemos de dignidad y de orgullo. ¿Por qué se tiende a relacionarlos? No se equiparan. No pierdes tu dignidad por no mostrar orgullo. Sin embargo, todos lo creemos. Nos pasamos la vida actuando y haciendo las cosas de la manera contraria a como querríamos que se hicieran, y sin embargo, nuestra excusa es: porque tengo orgullo. ¿Qué orgullo? ¿Es para sentirse orgulloso no hablarle a alguien importante, o comportarte mal adrede, o decir Y cuando sientes X? Se hace continuamente, y lo veo una tremenda gilipollez. No crean que me excluyo, aquí servidora lo ha hecho 1001 veces, pero cada vez lo veo más inservible. No sirve de nada decir algo que no sientes, o actuar de forma contraria a ti. Cuando por piques, o por mantener la postura, te muestras duro, pasota, indiferente… lo único que provocas daño a otras personas y a ti mismo, y sinceramente, prefiero decir te echo de menos como te echo, y estar tranquila, que decir o mostrar un paso de ti, y saber que es mentira.

Hablemos ahora de dignidad. Y veréis como es al revés de lo que pensamos. Cuando pierdes tu dignidad es porque no has actuado conforme a ti, cuando te has rebajado a los pensamientos o acciones de otra persona y te has sometido. ¿Y todo esto no pasa cuando por “orgullo” somos diferentes a nosotros mismos? No haré nada que no quieras que haga, pero no me voy a comportar como si no fuera. Tengo dignidad, y orgullo para sentir lo que siento sin esconderlo.

miércoles, 18 de junio de 2008

Otro más


Otro más. A falta de uno para hacernos mayores. ¿Qué quieres ser? Persona. Muchos caminos se abren y a día de hoy sólo hay miedo a lo desconocido. ¿Qué pasará? Bueno, algunas cosas cambiarán de color, aunque todos acaban en el mismo. Por el momento, esperan largas noches acostada en la cama, mirando por la ventana las sombras de los árboles de mi campo, escuchar sus hojas mecerse con el viento, tranquilidad, sólo aparente. Muchas canciones esperando a ser clasificadas por recuerdos. Mucho que pensar, mucho que escribir. Mucho que ver. Quizá buenos momentos con gente inesperada. ¿Será buen verano? A saber, pero como el verano pasado, pocos. Demasiadas noches me esperan sin soñar. Veamos el curso de las cosas naturalmente. Yo por el momento, sigo sentada viendo la película. Hace frío, ¿eh?

lunes, 16 de junio de 2008

Cadena perpetua

Dime cuántas horas de mi vida empleé en esperarte. Cuántas noches me quedé recostada en la cama esperando el parpadeo que me indicara que estabas ahí. Cuántas veces al día me pregunto el por qué. Cuál es el motivo por el que construiste una barrera entre tu corazón y el mío. Te miro, y me miras como si no pasara nada. Intento escucharte, pero tu corazón está parado. Te hablo, pero sigues tu conversación imperturbable. Y te quiero, pero no quiero hacerlo. Es un juego que nunca consigo ganar, y tú cada día estás más lejos. Y te toco, pero haces como que no me sientes. Borras cada rastro de mi nombre, cada pizca de mi olor, cada huella de los besos que te di… Y aquí estoy, nadando entre lágrimas sin saber qué me queda por hacer, si debo rendirme a la posibilidad de un algo, o hacer como que nunca fuimos. Y es que me siento tan pequeña al gritarte y no oírme. Intento alcanzarte pero cada vez me cuesta más hacerlo, yo te juro que lo intento. Seguir preguntándome cada noche si aún piensas en mí, si al oír mi nombre me recuerdas, si tu forma la sientes o la actúas. Y me queda seguir queriéndote, queriéndote olvidar, queriendo que me quieras, buscando por todas partes ese algo con el que poder romper la barrera y encontrarme contigo cara a cara, mirarte a los ojos y sentir que me devuelves la mirada que siempre me has dado. Abrazarte, y que todo haya pasado. Luego despertaré y será un día más en esta pesadilla. ¿Por qué te proteges? ¿De qué tienes miedo? Pedí el permiso de olvido, pero sigo condenada a cadena perpetua.

domingo, 15 de junio de 2008

Lástima que el tiempo no perdona

Llora al tiempo pero sigue impasible ante todo. Manda peticiones de olvido que nunca le conceden. Pasa lenta la espera de una señal, pero muy rápido el momento del adiós. Las paredes gritan su nombre, la gente lo muestra en su mirada, y su mente… su mente es un continuo tira y afloja de recuerdos y penas. Dime pues, ¿qué puede hacer para dejar de llorar por las noches y sentir el mundo caer cada día? Ella me dice que indiferencia la envuelve con su ausencia, que inseguridad le susurra en el oído cada uno de sus miedos, que se va y no vuelve. Que hay otra mejor. Dime, tiempo, ¿qué puedo hacer yo para que ella no quiera abandonar su cuerpo y desaparecer entre el vacío de las personas? Derrocha sonrisas repletas de lágrimas, y cuando nadie la ve abre el baúl de su conciencia y naufraga con sus sueños rotos. Mírala, allí está, ausente, se pasa los días atrás. Tiempo, dime, ¿no puedes traerla aquí otra vez? ¿Qué puedo hacer yo para acabar con su pena? Tú lo controlas todo, haces que el momento más especial del mundo sea efímero, y consigues que el peor sufrimiento se prolongue una vida entera. Eres cruel y despiadado. Te odio.

viernes, 13 de junio de 2008

Nostalgia

Sólo añoramos las cosas cuando ya han acabado. Mientras, ni las apreciamos. La vida es un constante anhelo de pasado y esperanza de futuro, el cual esperamos que sea mejor que el presente, el que a veces se puede llegar a odiar tanto. El presente es la oveja negra de la familia, no se está contento con él, y siente celos de su primo el pasado, ese tan bonito y mágico, nada que ver con la actualidad. También se siente desplazado ante el futuro, que tiene acaparada todas las atenciones, porque siempre se esperan grandes cosas de él. Sin embargo, hay momentos en los que ni siquiera se contempla le contempla, todo queda en pensamientos difusos, y es entonces cuando la mente va hacia atrás, para alquilar por unos minutos la ciudad de los recuerdos toda para ella. Logras evadirte de una realidad poco satisfactoria y por un instante sientes ese bienestar que vivías por entonces. Recuerdas lugares, sonidos, olores, sabores, y personas que ahora ya no están. Y por un momento eres feliz otra vez. Pero luego, como al niño que quitan su más preciado juguete, vuelve a invadirnos ese vacío del que nos habíamos olvidado, y nos quedamos igual o peor que estábamos. ¿Cuándo pasa la nostalgia a indiferencia? Lo único que tengo claro es que los recuerdos llenan un vacío inmenso, y dibujan sonrisas donde suele haber lágrimas. Es por eso que parte del tiempo lo pase atrás, en el mundo de los recuerdos más geniales que nadie jamás podrá tener, y soy feliz. Llamadme nostálgica, pero es genial.