Eternidad

*Recuérdame como un día imaginaste que fui

domingo, 22 de febrero de 2009

En busca del niño perdido

En mi búsqueda por encontrarme, me topo con personajes muy curiosos, los cuales, no sé por qué, me suenan como si ya los hubiese conocido antes. Pero yo ya no conozco a nadie.


Caminaba buscando el fin de algo que aún no había podido identificar pero que me consumía. Andaba y andaba durante horas, hasta que, fatigado y harto, volvía a ese lugar al que todos calificaban como “hogar”. Pasando por un parque vi a una chica sentada en un banco, con mirada perdida y años de más encima. –Una adulta prematura – pensé. Cuando el viento apartó un poco el pelo de su cara pude ver que lloraba, y no pude sino acercarme y preguntarle:


- ¿Por qué lloras?

- Porque ya no puedo hacer otra cosa.


- La perra vida te ha jugado una mala pasada, ¿eh?

- No. La vida no es perra, lo es la gente.

- Cierto…

Me quedé sin palabras. ¿Qué más podía decir? Tenía toda la razón, y nada que pudiera intentar decir iba a solucionar sus problemas, así que hice lo que nadie hizo nunca conmigo y siempre me hubiera gustado: me senté a su lado, la abracé, y esperé a su lado. Esperé mientras ella lloraba y yo observaba a la mediocridad pasar de un lado para otro. A veces algún curioso se paraba a mirar, pero mis miradas pronto disuadían de hacerlo. Cuando por fin paró, me dijo:


- Ojalá pudiera ser como todos ellos, ser inconsciente de la realidad y vivir una mediocre existencia, con mediocres problemas, mediocres personas, y en fin, una mediocre pero tranquila vida.

- Sí, suena como unas vacaciones al Caribe con todos los gastos pagados.

-No, suena mucho mejor.

La miré, le sonreí, y me levanté. Seguí con mi camino, y por supuesto, como me pasa con todas las mujeres inteligentes que conozco, jamás la volví a ver.

viernes, 20 de febrero de 2009

Toc-toc, ¿querías escapar?

Hoy he retomando mi vida en los sueños, pero no ha sido nada agradable. A veces creo que estoy equivocada al idealizarlos y defenderlos tanto, pues ellos me acaban de hacer una buena putada.

Encontraba a alguien por casualidad, y no se atrevía a mirarme. Iba con alguien, claro. Yo iba con alguien. Él la miraba, y en esa mirada me estaba viendo reflejada. Por supuesto, ella me conocía como “la chica de antes”, la “peligrosa” chica de antes. Suspiré, después de todo nadie sabría de aquella tormentosa tarde en la que hasta mi amante me dio de lado, y está claro que los genios siempre son perseguidos hasta el suicidio. Oh, sí, me encanta esa palabra. En fin, pasaba una movida rara y me encontraba en una habitación de hotel con él, y su ella. Me producía curiosidad. ¿Cómo sería ella? Desde luego, no como yo, interprétenlo como ustedes quieran. Él me daba una carta larguísima en la que decía cuánto me quería, pero luego esa carta desaparecía, y por fin recibía una explicación que ponía fin al sufrimiento. Eso sí, por carta, nuestros oídos nunca permitían la entrada de nuestras palabras. Yo decía algo, y ellos intercambiaban otra mirada. –Sí, así es ella- le decía a través del aire. En esos momentos me sentía un mono de feria, una excursión al mundo perverso de Srta. Nostalgia, un monólogo en el que el objetivo era reírse de mi propia desgracia. Quise irme, y así fue, desaparecí. De pronto me encontré con mi acompañante. Era educado, amable, gracioso, y me quería. Me quería mucho. Pero a mí su amor me aburría. Ya veis, señores, que quien está destinado a compartir la vida con uno mismo, ya puede intentar escapar, que hasta en sueños nos darán la hostia para reaccionar y seguir con nuestras miserables vidas.

¿Keep walking? ¿Y de qué manera?

jueves, 19 de febrero de 2009

La chica negro eléctrico

- Sírvame otra copa.

- ¿No cree que ya lleva suficientes?

- ¿Suficientes para qué? ¿Para olvidar esta mierda de realidad, el hastío, el vacío, la decadencia, la soledad, e incluso para olvidarme de mi propia existencia? No, no lo creo.

Pero entonces, llegó la chica negro eléctrico, y su mirada electrocutó todo el bar. Él, sin girarse, sabía que una musa acababa de llegar. Ella observó desinteresadamente el lugar, hasta que le vio. Se acercó hasta la barra, y se le quedó mirando mientras él le daba el último sorbo al vodka.

- Usted debe de ser escritor.

- ¿Qué le hace pensarlo?

- Bueno, está solo, borracho, su mirada muestra su desencanto por la vida… pero a decir verdad, su libreta le delata.

- Mi libreta sería más provechosa como papel de váter que como instrumento de creación.

- ¿Sabe? Es usted interesante, ¿señor…?

- Llámeme X.

- Está bien. Señor X, es usted muy peculiar, y me gustaría decirle algo.

- Ahora sí que estoy en peligro.

- No, querido X, porque aunque no lo crea, algún día salvaré su alma.

Y sólo escuchó el sonido de sus afilados tacones alejarse de la sala, hasta desaparecer y dejar el habitáculo trastornado, por no hablar de su cabeza.


Se volvió hacia la barra, y le dijo al camarero:
- ¿Ve? Aún no llevo las copas suficientes para olvidar la existencia de las musas.

jueves, 12 de febrero de 2009

En busca de la salida de Realidad I

- He decidido algo – dijo muy segura Anaís

- ¿De qué se trata? – preguntó X


- ¡No aguanto más! Estuvo bien durante un tiempo, pero estoy harta de Realidad, y necesito hablar con mi creadora para que me devuelva a mi cuento.

- No es tan fácil, Anaís…

- ¡Me da igual! Este mundo es una mierda, la gente no quiere, existe la palabra amor pero se burlan de ella sin siquiera saber qué significa, nadie se preocupa por ti, estás sola por donde quiera que vayas, y hay mucha ficción: ponen a personas que pretenden hacer tu vida más rica y llena de vivencias, pero no son más que estúpidos cómicos que se ríen de ti. ¡Ya no puedo más! Quiero volver a mi mundo, donde la tranquilidad es la base de nuestra existencia, y donde las grandes obras han sido creadas a partir de nuestros mágicos lugares. Tengo que volver, no quiero vivir más así.

- ¿Y cómo lo harás para hablar con tu creadora?

- Ese es el problema… no sé cómo encontrarla. Incluso creo que se ha perdido a sí misma. Me ha abandonado, X. ¿Qué puedo hacer?

- Regálale lo que todos los de su especie desean.

- ¿Amor?

- No, amor no, sino no tendrían un motivo por el que escribir. Dale inspiración, para que pueda llevarte por todos los rincones de su mente, y para que puedas descubrir el otro lado de la vida. Pídele compañía en Norealidad, y consigue que escriba las más grandes obras maestras, para que los pocos destellantes energúmenos que sobreviven en Realidad sepan que no están solos, al menos no tanto.

¡Srta. Nostalgia! ¿Me oye?

domingo, 8 de febrero de 2009

Misantropía

Es más fácil permanecer escondido que salir a la luz y afrontar la realidad. Es más fácil mentir que asumir tu propia verdad. Es más fácil creerse el cuento de las sonrisas de mierda que se intenta mostrar antes que dejar caer una lágrima. Es más fácil joder a una persona que reconocer un error. Es más fácil pasar de todo que pararse a pensar. Es más fácil borrarlo todo que ver lo que hay. Y por supuesto, es más fácil pensar en uno mismo que en los demás.
¿Sabéis que os digo ante vuestra gran maquiavélica forma de vivir? COBARDES, PUTOS COBARDES.

Os follo a todos, mentes inútiles que permaneceréis toda vuestra vida en un puto hoyo sin salir a la luz por miedo a lo que pueda venir. Todos estaremos solos, pero vosotros seréis unos mierdas.
Quien creó al ser humano tenía ganas de diversión, y ¡oh!, claro que la tuvo. Desde que enunció la primera ley, se las pasa canutas:

- Dalo todo, y recibirás una mierda. Trata como una mierda, y lo recibirás todo.

JAJAJAJAJA, qué cachondo el tío, ¿eh?



- ¿Qué eres?

- Un humano.

- No lo pareces.

- ¿Por?

- Porque sientes.