Eternidad

*Recuérdame como un día imaginaste que fui

domingo, 27 de febrero de 2011

Sinceridad de Srta. Nostalgia

Son las cinco y media de la mañana. Acabo de llegar de una tan deseada noche de adrenalina, de esas en las que las horas pasan y pasan al ritmo de melodías que obligan a mi cuerpo a mantenerse en un continuo movimiento. Es lo único que me gusta de alguna discoteca. El ritmo.
Mientras venía hacia casa, recordé aquella vez, hace dos años ya, en la que también volví de fiesta a casa y, debido a los sucesos que ocurrían en esa época, mi sangre hervía por la necesidad de escribir. ¿Vodka, recuerdan? Dos años después, la ciudad es diferente, las compañías totalmente nuevas, el vodka no es sólo una falsa excusa para poder expresarme con sinceridad, sino que esta vez sí me lo bebo, quizás porque al ser negro hace juego con mi alma y se atraen. Desde luego, yo ya no soy la misma de entonces, pero sólo hay una cosa que no ha cambiado, y es que al llegar he necesitado escribir sobre/para/por ti, con la diferencia de que ahora el único suceso que ocurre es que no hay ningún suceso. No hay nada, 0, vacío, ignorancia pura.
Quizás sea por el hecho de que salgo tan poco de fiesta y que las pocas veces en que lo he hecho estabas tú esperándome al otro lado de la pantalla cuando volvía, ya fuera literal o figuradamente (condicionamiento clásico, creo. Psicólogos, corríjanme). Pero ahora no hay nada. Sólo estoy yo, con mi sangre a punto de estallar si no escribo.
Como de costumbre, la música bloqueó mi mente y me permitió dejarme llevar sin pensar en nada. Más tarde llegó el vodka, que sorprendentemente me sentó muy bien. Algunos hombres se acercan, pero no hay nada nuevo por ver. No hay esencias puras, sólo mediocridad disfrazada de alcohol. Y una vez el pico de máxima diversión llega, al pasar, empiezo a ponerme nerviosa, y a querer irme. Así pues, me voy, y en el metro, sin saber por qué, en medio de gente desconocida, te recuerdo y lloro. Porque ya no estás. Ya no estás.
Y realmente es mejor así, pero no estás. Y mi vida no va mal, va en progreso, pero ya no estás. Y como hace dos años, llegué a casa y necesité de verdad escribir. Ahora ya no me afecta el contacto contigo, el acto de “holar”, ¿recuerdas? Ya no hay nada de eso. Ahora sólo estoy yo, el vacío y la ignorancia. Y el vacío. Lo único genial, maravilloso, es que vuelvo a necesitar escribir. Ya sabes lo feliz que me hace volver a sentir esa inquietud si no vomito mis verdades como puños, pero eso me lleva a pensar que… ¿he retrocedido? ¿Vuelvo al punto de partida? ¿Vuelvo a ser aquella chica de 17 años? No, ya nunca volveré a serlo… Pero, ¿en esencia? Hay una cosa que sigue intacta.
Otra cosa muy saludable en mi vida es que ya no hay más incertidumbre. Tengo claras las cosas, no vivo con miedo ni con inseguridad sobre el día de mañana en cualquier sector. Esa sensación que me hacía morir un poquito cada día, ah… me alegro de que ya no esté.
¡Pero es que ya no estás! Ni por escrito, ni por hablado, ni por materia, ni por esencia, ni literal, ni figurado, ni en las alegrías, ni en las penas, ni en la salud, ni en la enfermedad, ni en el matrimonio, ni en el divorcio… En fin, queda claro. ¡Y es como tiene que ser! Pero no estás.
Y no puede ser de otra manera porque yo jamás confié en ti a consecuencia de tus actos y eso conllevaba a asfixias de todo tipo hacia tu persona por mi parte. Un círculo vicioso que nunca hubiera acabado, y que nunca acabaría. Pero ya no, ya no.
Así que, en mi última esperanza (siempre vivo de ellas) de que sigas leyéndome de vez en cuando, dado que estoy muy poco lúcida por el sueño que tengo y por el poco alcohol que llevo encima, me da igual lo que estoy escribiendo (mañana me arrepentiré, intentaré no borrarlo, por mis escasos lectores), te digo que deseo que estés bien de todo corazón. Que echo de menos los buenos momentos (ahora ya sí que los recuerdo), el tener a mi lado a una persona tan antigua en historial, que aunque no me entendiera, me conocía. Que aunque lo tenga superado ello no significa que te haya olvidado. No, fuiste la persona más importante en mi vida, y eso es muy difícil de pasar por alto, aunque me partieras el corazón tres-tas veces. Y ése es el motivo principal por el que hoy puedo seguir escribiendo y haciendo cosas decentes, porque aún hay mucho material que puede salir de mí gracias a ti. Y tu Anaís, por descontado, seguirá viendo la pureza que hay en ti por encima de todo. No se puede esperar otra cosa de ella, es Anaís.
Deseo que estés bien.
Al margen de tanta mierda vomitiva, queridos lectores, hay otra cosa que permanece intacta respecto a aquella época:
Necesito algo. ALGO.

9 comentarios:

  1. Sabes? Después de leerte me he dado cuenta de que necesitoo salir de fiesta, bailar al compás de sueños rotos y volver a casa a vomitar verdades disfrazadas de alcohol. Si te contara el tiempo que no lo hago. Y es que mi vida, en muchos sentidos, es un kaos.

    Me alegra verte de nuevo por aquí. Hacía mucho que no te "veía" y me ha gustado. También me ha gustado el texto. Amargo, quizás. Crecemos y dejamos atrás tantísimas cosas, tantísimos recuerdos que nos hacen llorar.

    Te diría que te animaras, pero la nostalgia me parece necesaria, puramente lícita.

    Y... prometo ante usted seguir escribiendo historias :)

    Muchos besos!

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  2. Haber vencido el miedo y saberse con fuerzas para seguir adelante ya es casi media vida.

    Aunque luego llegue ese "algo" y dé la sensación de que todo se tambalea por momentos.

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  3. El alcohol es como un buen amante al que sólo buscas para pasar un buen rato, pero que al despertar de una buena noche con él quisieras que no estuviese a tu lado. Con el alcohol, a veces las nostalgias se multiplican y con ello nos hace de querer buscar o sentír mucho más ese algo que no tenemos. La vida sigue, con algo o sin ello.
    Saludos.

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  4. Querida nostalgia, por fin desperezándote después del efecto devastador de la manzana envenenada que te dieron a probar en el supermercado de todo por un dolar. Bueno... de eso se trata... y en nada todo lo malo en el espejo retrovisor y al frente una larga carretera con mar al fondo, gafas de sol Ray Ban y la música que encaja perfectamente con todo. Porque después de todo el final es solo un principio.

    En cuanto a tu nueva foto sólo una palabra: EFERVESCENTE.

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  5. ¿Sabes cuando, una canción te recuerda a un momento de tu vida, o cuando piensas que las frases se han escrito (muy bien escritas, por cierto) des de un punto recóndito que tratas constantemente de enterrar?

    Pues así, más o menos querría yo contarte que me siento al llegar a la última frase. Con la variante de que cuando pienso en que lo que ocurría es precisamente lo que tu has escrito:

    "que aunque no me entendiera, me conocía"

    me hierven las tripas.

    *Un placer seguuir coincidiendo intermitentemente, a veces las ausencias son buena señal.

    Un abrazo :)

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  6. no dejes de escribir, nunca.
    me gusta encontrar de repente frases que lo bordan en medio de tus párrafos frios como la vida misma. :) tus letras son una dosis de realidad dolor y recuerdo

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  7. no dejes de escribir nunca.

    me gusta mucho ver que sigues compartiendo tu nostalgia. realidad, dolor y ausencia que indomables facetas de esta triste vida.
    (:

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  8. Hola!!
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