Eternidad

*Recuérdame como un día imaginaste que fui

jueves, 15 de diciembre de 2011

Carta olvidada

Esta carta pertenece a un mail del 7 de junio de 2008, a mis 16. Lo escribí y al acabarlo decidí posponer su envío. Lo pospuse tanto que nunca llegué a enviarlo realmente.

Hoy, volviéndolo a leer, me ha parecido tan inocente y bonito, con el miedo propio de las inseguridades de una adolescente, con tanto sentimiento contenido... que he decidido publicarlo para que alguien, cuando lo lea, sienta lo mismo que yo.

Te escribo porque supongo que es la única forma en la que puedo decirte cosas que no te comprometan directamente en una conversación. Aunque tampoco voy a agobiarte con tonterías mías de cosas más que obvias. Sólo quería decirte que te echo de menos, como amigo. Sé que ya no me quieres como otra cosa así que intento adaptarme. Pero incluso como amigos estamos raros. También es verdad que no hemos tenido tiempo de hablar tampoco, pero me da miedo que llegue ese momento sinceramente. Nada... quería decirte que te aprecio mucho como persona, que todos los días pienso y deseo que te esté yendo todo bien, que puedas ser un poquito más feliz y que puedas estar más tranquilo ahora que ya no ando dándote la lata (aunque espero que sea algo temporal, me gustaría seguir dándotela por mucho tiempo, en el buen sentido de todo ya me entiendes), pero aún así espero que aún te apetezca que hablemos y nos contemos cosas, y pasemos buenos ratos. Vale, sí, los tres e-mails se repiten, soy consciente. Pero bueno, a mí no me gusta no hablar contigo, y así me alivio porque aunque no me digas nada sabré que lo has leído, aunque no sé si eso es bueno, espero no hacerte daño con el e-mail, sólo quiero que no te olvides de que sigo pensando en ti y que tengo muchas ganas de que te pongan internet para que hablemos, aunque no sea de esto, pero que hablemos, porque se te echa mucho de menos por aquí. Nos echo de menos mucho por aquí. Espero no serte indiferente, es mi mayor miedo y la verdad lo paso mal cuando te conectas y apenas decimos nada, o decimos cosas tontas.
Nada más, que ojalá te esté yendo todo bien y que de verdad me alegro muchísimo de que hayas sacado tu curso y puedas presentarte a selectividad, sabía que podrías con lo que te propusieras. Y también me alegro mucho de que por fin te vayas a sacar el carnet, seguro que te sentirás bien, imagino que da independencia. Yo bueno, no van muy bien las cosas por aquí, pero me mantengo ocupada cuanto puedo, y por suerte mi ángel guardián se ha preocupado mucho por mí, y hay bastante más gente que aunque sea para hablar, está, es lo único que me saca una sonrisa ahora mismo. Lo otro sigue ahí, "gestionándose", como dicen, pero no se dan cuenta de que así es peor, y me está doliendo mucho la situación. Pero es lo que hay. Cuando pienso en todo lo malo que está pasándome ahora mismo siempre te imagino diciéndome alguna tontería que seguro me haría reír, o el típico ñé, no te preocupes ya verás que todo saldrá bien. O un abrazo. Lo imagino y por una milésima, me siento bien.
Ana.





1 comentario:

  1. Todas esas palabras que tanto necesitamos que sean oídas, y ya ves...

    Muy sincera :)

    ResponderEliminar

Deja tu huella para la eternidad