Eternidad

*Recuérdame como un día imaginaste que fui

martes, 15 de julio de 2008

Gran sauce

Pasabas los días bajo el ramaje del sauce. Lo admirabas, con su sólido tronco, tan firme e indestructible. Sobre ellas yacías durante horas, días, meses… Allí se estaba tan a gusto. Cuando te encontrabas con otros árboles presumías del sauce como el mejor de los mejores, y que nadie se atreviera a discutirlo. Tan pequeña e imperfecta tú, tan grande y perfecto el sauce. Con él aprendías en naturaleza, las más sabias lecciones aprendidas las viste subida, entre sus ramas. Pero un día empiezas a hacerte mayor, y descubres que tu árbol preferido, tan perfecto, no lo es tanto. Ves que cuando llueve, recoge más gotas de agua para él sin dejar apenas ninguna para los demás. Que ya no cuida la rama en que te subías siempre, y está resquebrajándose. Que te quiere con locura sí, pero desde luego tú has crecido y ya no es lo que era. Te has hecho más grande que él. Y ahora lo miras, y está seco, sin hojas, y la rama en la que solías pasar tan buenos ratos, se rompió. No puedes abandonarlo pero no tienes otro remedio, jamás volverás a poder mirarlo a la cara sin pensar que un día con sus hojas te protegía y te daba calor, y que ahora tuviste que plantar tu propio árbol, para poder sobrevivir, porque el sauce ya está demasiado sucio y débil.


Eso de que ellos nunca te decepcionan, es mentira, desgraciadamente. ¿Dónde está la excepción, joder?

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  2. Qué bueno. Me encanta, es muy bonita la metáfora.

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